32 Salarios Mínimos
Vi una nota que decía que hasta 32 salarios mínimos le podrían deber al estado los hombres y mujeres que trabajan en vías públicas lavando vehículos. La nota no decía quiénes eran esos hombres y mujeres, no decía donde ni por qué se lavaban autos, solo informaba el hecho tajante de una posible aplicación vertical de la ley.
Y es que es claro que este es un oficio que compromete un recurso valioso como lo es el agua, pero de este trabajo dependen vidas, familias, comunidades. La sanción aséptica olvida el hecho de que en Medellín existen 300.000 vehículos que necesitan ser lavados regularmente según las nociones de pulcritud paisa y esa necesidad de limpieza es el sustento de personas en lugares como la malla de Trinidad, el barrio Caunces, El Vergel, Versalles, Lovaina, Castilla, Sevilla, etc. Lugares claramente alejados de centros de riqueza económica donde las personas viven de oficios más liberales y académicos.
Lavar carros es producto de la necesidad primaria de sobrevivir, de ganarse el día, de usar el propio cuerpo como herramienta. Es el trabajo que existe en esa ciudad que vive en los límites de lo legal, de esa ciudad que no es vista pero que palpita y lucha todos los días.